Anacronismo: cobre.


Millás recibió el Premio Planeta por su obra "El Mundo". Novela autobiográfica -según leo en las reseñas- que puede entenderse como un reflejo del gusto que celebra la casa Planeta. Y también como un guiño de la tendencia actual: no pocas veces lo he discutido con Luis, que los autores franceses, desde los 80 han señalado un camino que cada vez es más recurrente: la novela de autoficción (según Viart, y reinterpretando cierta frase de Lacan: autobiografía de ese sujeto que se aprehende de una línea de ficción).

Millás se convirtió, desde mi primer lectura, en uno de mis cuentistas favoritos. Como novelista sólo he podido hojear El orden alfabético, que Paz tiene en su casa. Su columna en el País es grave: cae desde muy alto y cae con fuerza.
Imposible de olvidar su cuento "Anacronismo: cobre", donde el narrador recuerda de su infancia dos palabras enigmáticas (anacronismo y cobre) que un niño enfermo desde una ventana le confiere como un conjuro, palabras que a la larga estarían vinculadas con la vida sexual del narrador. Y otros varios pequeños relatos más. La escritura de Millás tiene un desenfado ligero tan poco común en los españoles (así como pienso que su periodismo de opinión es conciso, su prosa me parece líquida y frugal).

Lo curioso en esta entrega del Premio Planeta ha sido el finalista Boris, que es un presentador de televisión de la prensa del corazón, de la prensa rosa. Para quienes en México no lo ubiquen, (y guardando proporciones, porque claro, a Boris hay que reconocerle ser un verdadero escritor) hagan de cuenta que el finalista fue Pepe Origel. Bueno, quizá la comparación no es feliz. Pero, en efecto, Boris conduce un programa de chismes de farándula en la 4.


Pero pongamos algo de Millás, tomado de su página en ClubCultura.com

"A partir de cierta edad vas en el autobús y oyes una palabra cualquiera: colcha, por ejemplo, y en seguida comienzan a desfilar por tu cabeza las colchas de tu vida. Quizá recuerdes las primeras, destinadas más al abrigo que al adorno: una de ellas tenía un tacto semejante a la que había en el último hotel en el que tuviste que hacer noche: un tacto áspero, como de un terciopelo descortés, grosero. Quizá no resististe la tentación de pasar la lengua por su superficie para recuperar el sabor del insomnio infantil, del miedo. Y si escuchas la palabra reloj recordarás sin duda aquel de péndulo que daba los cuartos y las medias y las horas enteras en la casa de tus abuelos, donde pasaste la escarlatina o las paperas.A lo mejor estás en la barra de un bar y alguien menciona a tu lado la palabra pasillo; entonces, aun sin cerrar los ojos, se te aparecen los pasillos de tu vida: aquel por el que se deslizaban las campanadas del reloj de péndulo, mientras te tapabas la cabeza con la colcha para no oírlas cabalgar hacia tu cuarto. O aquel otro por el que a partir de cierta hora de la tarde comenzaba un tráfico intenso de fantasmas. Pero también uno en el que te extraviaste para siempre, del que a lo mejor no has salido. Y si piensas en ese vaso que ahora te llevas a la boca, quizá recuerdes uno de aluminio cuyos bordes, fríos como los labios de un cadáver, sabían a electricidad.A partir de cierta edad, las palabras son como las teclas de un ordenador; las pronuncias con la punta de la lengua o las golpeas con la yema de los dedos, da lo mismo, y aparece en la pantalla de la memoria un directorio de colchas, de relojes, de pasillos o de vasos, que son los diferentes pedazos de tu biografía. Cuando todos esos directorios se confunden bajo el misterioso código organizador del Alzheimer, estás listo."

Comentarios

Sonic Reducer ha dicho que…
Los de Planeta le tiraron a dos patos: el premio a Millás le da prestigio a los organizadores (sin importar que el mismo autor ahora milite en Seix Barral, que es del Grupo Planeta), y con Boris, que, en sus palabras ha escrito una novela "llena de sentimientos" (sic), se forrarán porque, según las notas periodísticas, ese relato tiene todos los ingredientes de una telenovela.
Alejandro Palizada ha dicho que…
No lo había visto así, pero es verdad: Jaime Bayly fue finalista hace 2 años y vendió más que la chica que ganó. Aunque, bueno, Bayly ya era bastante reconocido por sus polémicas con Hugo Chávez. El Premio Planeta es raro...: lo mismo gana Alvaro Pombo que Sánchez Dragó.. eso no lo entiendo muy bien.
Sonic Reducer ha dicho que…
Y hoy, en El País, Boris echa un texto sobre la historia de la telenovela y afirma que a pesar de ser un género tan denostado "el culebrón... quizá sea el único elemento cultural que une al continente". Qué aterrador. Supongo que se quiere curar en salud y justificarse de cualquier acusación de frívolo. Lo puedes ver en: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Pasiones/telenovela/elpporopi/20071101elpepiopi_10/Tes

Saludos

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